Te levantas por la mañana, y ¡Oh no! Otro charco. Y vuelve la interrogante ¿Por Qué mi gato orina fuera del arenero?

No en el arenero, sino en tu alfombra favorita, o peor aún, en tu cama. La frustración es real, y la primera reacción es pensar: «¡Lo hizo a propósito! ¡Está enojado conmigo!». Pero déjame decirte algo crucial: cuando un gato orina fuera de su arenero, casi nunca es por venganza o por un capricho. Es un mensaje. Un grito silencioso que intenta decirte: «¡Algo no está bien!».

La primera y más importante razón para este comportamiento es un problema de salud. Las infecciones urinarias son increíblemente comunes y dolorosas para los gatos. Una cistitis, cálculos en la vejiga, o incluso enfermedades más serias como la diabetes o problemas renales, pueden hacer que ir al arenero sea doloroso o incómodo, y tu gato busca un lugar donde se sienta un poco mejor. Por eso, la primera parada siempre debe ser el veterinario.

Si el veterinario descarta un problema de salud, entonces es hora de mirar el arenero y su entorno. Pregúntate: ¿Está limpio? Los gatos son obsesivamente limpios, y un arenero sucio es un no rotundo para ellos. ¿Le gusta el tipo de arena? Algunos gatos son muy quisquillosos con la textura o el aroma. ¿Está en un lugar tranquilo y seguro, lejos del ruido o del tránsito de personas? Los gatos necesitan privacidad para hacer sus necesidades.

Finalmente, el estrés o la ansiedad pueden ser los culpables. Un cambio en el hogar (una mudanza, un nuevo miembro en la familia, ruidos fuertes, o incluso un cambio en tu rutina) puede desequilibrar a tu gato. Orinar fuera del arenero puede ser una forma de marcar su territorio para sentirse más seguro, o simplemente una respuesta a la ansiedad que lo abruma. Recuerda, tu gato no está intentando molestarte; está comunicando una necesidad. Escúchalo.